Horas
que luego se convirtieron en días, llevaba yo guardándome estos gritos que el
Alma le gritaba a mi vida.
No
conté cuantos miedos vi pasar frente mi, que me impidieron una y otra vez
hacer esto, lo que mas disfruto. Y así volver estar volando hacia el frente y sin dirección.
No se
que paso pero ahora si me siento aquí.
Y es
que uno no puede negar quien es, por "ser" lo que quieren los demás; gastamos la
vida cuando “aquello” que quieren no existe; vámonos dando
cuenta que los demás no existen si nosotros no lo permitimos.
Nos
creemos el centro de las miradas cuando nadie nos ve mas que nosotros
mismos, y hoy entendí esto: no se puede negar quien uno es pa’ dar gusto a los
demás.
Hace
tan sólo unos días creía que nunca iba a poder crecer… que para ser exitosa, tendría que seguir la línea del sistema que nos tiene a muchos
apretados y decepcionados con la vida.
Así, fui
bajando escalones hasta que toqué fondo, estar ahí me enseñó que nuestro ser es superior y está más allá que: un deseo, lo que tenemos y lo que creemos ser. Nuestro ser es algo incompresible -para mi- todavía pero, único y total para quien sabe
abrir sus brazos y aceptar.
Y ahora entiendo que me faltaba aceptar que no puedo juzgarme por
lo que van a pensar los demás de mi… detuve mi vida año y medio por no querer
pelear y enfrentar las garras del ego que me gritaban una y otra vez: “Y tu, a
donde vas… te quedas aquí, sin ser y sin estar”
El ego es aferrado, es su trabajo mantenernos en una zona de insatisfacción. Si
alguna vez te ha pasado esto, sabrás que no estoy alejada de la realidad;
nosotros mismos nos enganchamos a esas cadenas que no nos permiten avanzar.
¿Hasta
cuando nos vamos a dar permiso de ser?
Los
miedos son necesarios para recordarnos que Dios nos construyó a consciencia de
ser una maquina perfecta a su propósito entonces, vamos comenzando por aprender a conocernos, identificar todo aquello que nos hace felices y que, por consecuencia nos hace crecer.
Así mismo, algo valioso para nuestro comienzo, sería el no quedarnos esperando a que suceda el cambio si seguimos haciendo todo igual.
Vamos a
empezar por aceptarnos y amar el montón de oportunidades que tenemos en las
manos, si no las vez, te invito a que des una pausa a tu día, respires lento y conscientemente en tres lapsos seguidos de tiempo, luego cierra tu ojos y lo primero que llegue a tu mente después
de preguntarte: ¿Qué quiero hacer? ¡eso es!
Dicen que la vida es como una paleta... si la sabes disfrutar se termina y si no, también... así que permítete Ser para que la paleta te sepa rica y nunca te arrepientas del ayer.