Siempre escuchamos decir: “lo que importa
no es la belleza exterior, sino la belleza interior”. Pero no hay nada más
falso que esa frase.
Si así fuera, ¿Por qué las flores harían
tanto esfuerzo para llamar la atención de las abejas? Porque la naturaleza anhela
la belleza. Y solo queda satisfecha cuando ésta puede ser exaltada. La belleza exterior es la parte visible de
la belleza interior. Y se manifiesta por la luz que emana de los ojos de cada
uno. - Extracto del "Manuscrito Encontrado en
Accra" de Paulo Coelho
Siempre nos preocupamos por vernos y vestir
bien. Como humanos somos vanidosos en mayor o menor grado y eso no es malo. Muy
por el contrario, creo que es una característica que nos distingue y que si la
encausamos para bien: nos da seguridad.
Sin embargo y por naturaleza, nunca estamos
satisfechos con nosotros mismos. En casos mas concretos, mientras las mujeres nos probamos la ropa pensamos: si
tuviera más aquí y menos acá… en fin, nos encanta y nos aprisiona a la vez; pues nos volvemos esclavas de lo que la mente nos dicta pero, ¿cuándo nos dice
que nos pongamos un corazón grande para ser felices y vivir en paz?
Es importante estar bien adentro como
afuera. De qué sirve usar el mejor maquillaje, si por dentro cargamos rencor y
éste mismo comienza a marcarnos arrugas en la frente.
Cuando me siento exaltada, desesperada o
molesta, inconscientemente frunzo el seño hasta que me doy cuenta y tengo que
aligerar mis cejas para luego darme cuenta de que se ve reflejado en el rostro
y esto, también es cuestión de belleza. Cuando cargamos en nuestra espalda
perdones no dados, nos volvemos pupilas caminando, nuestra postura se vuelve
chueca, trayéndonos después problemas en la espalda: esto es también cuestión
de belleza, pues no es buena imagen sentarse agachado.
Esa búsqueda de aceptación social, la que muchas
veces nos hace olvidar nuestra propia belleza, en lugar de aceptarnos como
somos y dejar de imitar lo que vemos a nuestro alrededor es la que nos mantiene en una búsqueda inalcanzable de perfección y satisfacción que nunca se acaba.
Cuando miramos un cedro, no pensamos: “las
ramas deberían medir todas lo mismo”, pensamos: ¡es fuerte! y con esa imagen
nos quedamos.
Más que el reflejo, y sin que suene a cliché, creo que los ojos son
el espejo de nuestra alma. Úsalos y date cuenta de que en el mundo no existe
otra (o) como tú.
Hace unos días veía una entrevista que le hizo Adela Micha a Carolina Herrera y me sorprendieron muchas cosas de ella pero, sin duda, lo que me dejo pensando fue lo que dijo y cito: "El estilo no tiene nada que ver con el dinero. El estilo es algo sutil que se muestra en los pequeños detalles. No es la ropa que usa, es la forma que en que habla, se mueve y actúa".
Nada es cuestión de marcas, es cuestión de la seguridad que llevemos cada uno de nosotros y que podamos proyectar hacia afuera para que así podamos sentirnos y vernos bien. La belleza debe ser sinónimo de autenticidad y no de estándares de moda.
Lo bello no reside en la igualdad ante los
estándares de calidad, sino en la diferencia y en la conciencia de esto.
Y si vamos a sembrarnos arrugas en el rostro que sean por no parar de sonreír y disfrutar de que podemos ser quienes somos y vivir solo una vida: nuestra vida.