sábado, junio 18, 2016

Mi escritorio.

Me espera.

Me da los buenos días y me espera. Sabe que prefiero los días nublados así que me espera. 

Guarda el polvo y se espera a que lo limpie, a que lo tome, a que lo vea y a que lo sienta. 

Guarda los sueños y deseos y los aprieta en el corcho pa' que no se vayan, pa' que no se muevan.  

Mi escritorio me habla, ¿a ustedes no?... 

Y habla mucho, como yo. Me dice y me cuenta que la repuesta y la decisión la tengo yo y no la almohada o el colchón. 

A veces me creo y otras no. Él, fiel y constante. Guardián del sol que entra en forma vertical aplanando colores y sudor. 

Él, que soporta palabras llenas y otras huecas, así me espera siempre 
sea lunes o viernes. 

#OtroDeMisPoemasHonestos





viernes, junio 17, 2016

Hablando con mi zona de confort...

Esa ingrato que desde pequeña me gratinó el oído con hechos de miel y expectativas grandes.
Esa que no tiene caducidad y que se renueva para no morir aunque uno muera.

Hoy hable de él, “El Confort” y lo miré. No sé si el me miró pero yo lo enfrenté. Le hice muchas preguntas con mi mente cuerda y se burló… ¡se burló de mi el muy cabrón y antes de contestarme, me invitó una michelada en el sillón de mi sala; me observó fijo y fuerte a los ojos y supo que mis pies no aguantaban así que me acercó unas “chanclas”…

-No voy a caer, no voy a caer –me digo-.
-¿Estoy cayendo? –le pregunté…
-¡Contéstame! –le aventé.

Y ahora que supo que ya me había puesto cómoda, mi miro suave.
Comenzó a contarme su vida, mi vida; desde que nació, desde que nací.

Me recogí el cabello, lo puse cómodo.
Ya caí y siento flojera de salir.

¿Será que es parte de mi? así como lo es mi dedo mas gordo y chueco… como lo es el lunar en mi ojo izquierdo, ¿lo es? –aún no me contesta…

“Haydeé, mañana te levantas temprano, te pones los tenis y un pants y sales con Lola a caminar, me dije ayer y en cuanto amaneció hoy, preferí cinco minutos mas, darle un beso en la frente a Superman y pensar en qué hacer de almorzar. 
“¿En qué momento?” –me volví a decir.
“¿Lo ves? –me preguntó el confort que llevaba un pantalón de algodón por el calor…
Me dijo: “somos tú, tus ganas y yo; me voy cuando tu quieras, cuando salgas a correr, cuando intentes otra vez hacer el arroz, cuando te desveles con tu esposo viendo el box y cuando decidas recordar tu valor y perder el miedo, hasta ese momento dejaras de verme y tenerme.

-“¿Cómo –le pregunté-, tengo que intentar otra vez hacer el arroz y que no se me queme para poder dejar de verte?.
-¡Sí!, me contestó.

Mi mente cuerda me hace pensar que todo implica un riesgo. Todo atenta contra mis miedos, contra mi “puedo y quiero” y a estos no los voy a dejar,… ¿los voy a dejar?

Luego ya no lo veo, se fue.
Camino a la cocina y veo el reloj, son las 03:00 de la mañana –para mi una hazaña- y sigo despierta.

El cabrón no se despidió…

lunes, junio 13, 2016

Lunes.

A veces cobarde pero siempre valiente.
¿Qué sientes cuando la mayoría dice que no te quiere?
¿Te entristece?
¿Te ofende?
No verdad… yo creo que no,
pues desde mi dos años sigues siendo el mismo.

Quien tiene los ojos limpios
sabe que eres exquisito.
Llegas cada vez,
así nuevo, diferente, interesante y motivado.
Sabes cual es tu lugar y no te vas hasta que,
claro,
vuelves a llegar.

Antes creía que odiabas al viernes pero no.
No tienes nada que pedirle a ese soberbio cabrón.
Sí, el tiene lo suyo, pero tú tienes lo nuestro,
eso que nos invita a empezar,
a volver a creer que se puede hacer,
que se puede ser.

Mira nomás -diría mi papá-,
patrón de la semana,
de dietas, motivos y de las decisiones que el viernes dejamos en pausa.  

¡Ah! mi querido lunes.

Así me gustas, con música temprano,
con Lola ladrándole a los vecinos,
y con la mano de Luis Ángel en mi regazo.

Me gusta que siempre estás,
sin esperar la aceptación de nadie tú como quiera eres constante.

PD. Habla con el martes por favor, 
porque en este mundo no podemos seguir los dos... 


  

viernes, junio 03, 2016

#PoemaHonesto #11 "Necesito un chocolate."

Pa' que apague el desmadre que traigo dentro 
por cosas de afuera que me calientan la cabeza 
y nos quieren hacer estallar a mi y a ella. 

Necesito chocolate, 
de los que abrazan 
pa´que me abrace y se quede conmigo pero quieto; 
que no sea soberbio y luego quiera quedarse a recorrer mi cuerpo. 

Necesito un chocolate, 
que si quiere engordarme, que sea el corazón y no las piernas pues no quisiera tener que decirle adiós. 

Necesito un chocolate del bueno, 
pa' que aplaque la voz de mis letras, 
porque si me dejo y las dejo, 
éstas se me van a ir volando 
y no se a quien vayan a matar. 

Necesito un chocolate… 
ándale así, 
como el asado al chile colorado.